Una de las dudas habituales de las pacientes que acuden a informarse sobre una cirugía de pecho es, si tras la intervención, quedarán marcas visibles.
Toda intervención quirúrgica conlleva incisiones en la piel y estas producen inevitablemente cicatrices, siendo éstas una respuesta natural en el proceso de reparación de los tejidos. En el caso de la cirugía mamaria, cada procedimiento y técnica empleada requiere unas incisiones diferentes. La ubicación y longitud de las cicatrices varían según se realice una cirugía de aumento, de reducción o de elevación, con o sin prótesis. La calidad de la cicatriz resultante dependerá de múltiples factores que se clasifican en extrínsecos e intrínsecos. Los denominados factores intrínsecos son aquellos asociados a la naturaleza del cuerpo humano y propios de cada paciente; por el contrario, los factores denominados extrínsecos son debidos a elementos externos al propio organismo, como por ejemplo fumar, el tipo de suturas empleadas, la ubicación de las cicatrices, así como los cuidados postoperatorios. Sobre estos últimos sí se puede actuar para lograr que las cicatrices evolucionen con mayor rapidez y obtener un mejor resultado final. - En la cirugía de aumento, la cicatriz se limita a la incisión requerida para poder introducir el implante. Esto es, unos 4 cm y habitualmente a nivel del surco submamario o en el borde inferior de la areola. Independientemente de la vía de acceso, todas son cicatrices de dimensiones pequeñas. En condiciones normales, cualquiera de las opciones dejará marcas muy finas que serán apenas visibles con el paso de los meses. - En la mastopexia o cirugía de elevación mamaria lo habitual es que deje dos tipos de cicatriz: una alrededor de la areola por todo su perímetro, y otra en sentido vertical desde el borde inferior de la areola hacia el surco mamario. En los casos con mayor grado de descolgamiento de la mama donde es necesario resecar piel, puede añadirse una pequeña incisión a nivel del surco submamario, adquiriendo la cicatriz forma de T invertida. En ocasiones puede ser suficiente en este tipo de procedimientos la realización de una única incisión alrededor de la areola. La cicatriz vertical evoluciona rápidamente, atenuándose en pocas semanas. En el surco submamario tiene un período de maduración más largo, pero por su ubicación resulta poco visible. - Todas las técnicas de reducción mamaria están orientadas a reducir el volumen de las mamas y elevar la posición de la areola y el pezón. Tanto la posición como la longitud de las cicatrices vendrán determinadas por el procedimiento que se realice. Además, pueden practicarse únicamente alrededor de la areola y prolongarse hasta el pliegue mamario (Técnica de incisión vertical). Aunque, lo más habitual es realizar además una incisión horizontal a lo largo del surco de la mama (Técnica de T invertida). Pese a que las cicatrices de una cirugía mamaria nunca llegan a desaparecer totalmente, éstas terminan siendo muy poco aparentes y compensan con creces los beneficios tanto a nivel físico como psicológico. Elige lo que realmente te haga feliz, tu cuerpo es solo tuyo. El equipo de la Dra. Arminda Ferrer se esfuerza al máximo cada día para conseguir el resultado que siempre has querido. ¡Solicita una cita sin compromiso!
0 Comments
Las dudas iniciales de quiénes quieren someterse a un aumento o reducción de pecho son muy diversas, pero hay una muy específica, ¿se puede dar el pecho tras una cirugía mamaria? La preocupación suele ser doble; la primera es si afectará a su capacidad de amamantar; la segunda, es cómo afectará la lactancia después de la operación desde el punto de vista estético.
La primera cuestión que hay que establecer es cuáles son los órganos de la mama que intervienen en la lactancia, y si estos pueden verse afectados por una cirugía mamaria, ya sea de aumento o de reducción de pecho. La producción de leche en las glándulas mamarias tiene lugar en los llamados lóbulos mamarios, su cantidad es variable y también su capacidad de segregar leche depende de la conformación de la glándula mamaria en cada mujer y de los llamados conductos galactóforos que sirven de conexión entre los lóbulos y el pezón y llevan hasta él la leche. Allí, son las terminaciones nerviosas las que responderán al estímulo del lactante y producirán la secreción. Es el conocido reflejo de succión innato en los recién nacidos. Sí se puede, por lo general, dar el pecho tras una cirugía mamaria de este tipo. Y es que, en principio, una operación de aumento de pecho no tiene por qué afectar a la capacidad de segregar leche de una mujer durante la lactancia materna. La situación de los implantes mamarios, alejados de la glándula mamaria, impide que la estructura de éstas se vea afectada. Colocados bien bajo la propia glándula o bien bajo el pectoral mayor, no tienen porqué afectar a las funciones de secreción de leche, ni se produce interferencia alguna con los conductos mamarios que transportan la leche desde los lóbulos al pezón. Tampoco se ve afectada, según varios estudios científicos, la calidad o composición de la leche de las madres lactantes con implantes, pues son iguales respecto a aquellas que no se han sometido a este tipo de cirugía. La lactancia implica también un aumento del tamaño de los pechos, es algo natural, y la preocupación de muchas mujeres que se han sometido a un aumento de pecho se preguntan si esta alteración natural puede afectar de forma negativa a los implantes mamarios. Podemos decir que no existe evidencia científica de que los cambios producidos en la mama durante la lactancia sean mayores por llevar implantes, ni de que estos se vean afectados en forma alguna por esos cambios. Solicita una cita sin compromiso con la Dra. Arminda Ferrer y recibe información personalizada para tu caso. Cada una de nuestras pacientes es única y su caso es tratado como tal. |