El desarrollo mamario o telarquia supone uno de los cambios más significativos en la mujer durante la pubertad, habitualmente se produce entre los 11 y los 16 años. Sin embargo, este proceso puede presentar modificaciones causando diversas alteraciones en la conformación de la mama que en ocasiones derivan en problemas físicos y psicológicos.
Las anomalías más frecuentes en el desarrollo de las mamas pueden clasificarse en:
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Hay que tener en mente que una operación de mama es un procedimiento en el que es necesario realizar una o varias incisiones en la piel y, según la cirugía, puede ser necesario intervenir en tejidos más profundos. Esto significa que se necesitarán varias semanas para que el cuerpo se recupere totalmente hasta que se complete el proceso normal de cicatrización.
El postoperatorio suele ser mejor de lo que muchas pacientes esperan, pudiendo retomar la mayor parte de las tareas básicas en poco tiempo. Aunque las necesidades de cada paciente varían, se marcan unos plazos en los que se debe evitar cualquier actividad física o retomar la rutina de entrenamiento. En términos generales se aconseja no realizar deporte durante el primer mes tras la cirugía. La realización de ejercicio de baja intensidad (como caminar a un ritmo considerado normal) puede retomarse al cabo de una semana o diez días. Los ejercicios de tren inferior (sentadillas, cuádriceps, aductores…) pueden iniciarse a las dos o tres semanas igualmente con poca carga. A partir del primer mes se podrá aumentar la intensidad de los ejercicios del tren inferior e iniciar los del tren superior. Al cabo de un mes y medio pueden retomarse los ejercicios de pilates, yoga, montar en bicicleta o practicar natación. No hay un peso o una intensidad concreta que determine el límite del esfuerzo físico. El dolor o las molestias al realizar un determinado movimiento es la señal de alerta o “stop”. Alrededor del segundo mes se pueden retomar todas las actividades con cualquier intensidad. Pero es necesario comenzar con pocas repeticiones y fijarse cómo responde el cuerpo: si se siente dolor, hay que parar. Como especialistas, creemos necesario recordar que hay que utilizar sujetadores adecuados, que reduzcan la movilidad de la mama durante la actividad deportiva. De todos modos, cada paciente es única, por lo que será la Dra. Arminda Ferrer quien, en las revisiones postoperatorias, le aconseje cómo retomar la actividad física. |